LA CIUDAD ENCANTADA

El río Júcar, a su paso entre Uña y Villalba de la Sierra, forma un gigantesco e impresionante cañón. Es aquí, a casi 1.500m. de altitud, donde la naturaleza se ha permitido uno de esos caprichos que llenan siempre de pasmo al viajero: La Ciudad Encantada.

La Ciudad Encantada es un paraje natural que fue declarado en 1929 como Sitio Natural de Interés Nacional. Actualmente se incluye dentro de los límites del Parque Natural de la Serranía de Cuenca (PNSC), dentro de las zonas de protección prioritaria por su excepcional valor geomorfológico, de importancia internacional.

Estos fenómenos geológicos, mundialmente conocidos, son formaciones rocosas literalmente esculpidas por la acción del agua, el viento y el hielo, que al erosionar durante siglos las rocas, ha conseguido modelar figuras humanas, objetos, animales, con una precisión difícil de entender, hasta conseguir una ciudad delirante, una ciudad que parece dormida de algún hechizo misterioso.

Es la diferente dureza y composición de las rocas, lo que ha hecho posible la formación de esculturas de la Ciudad Encantada. Las dolomías de la Ciudad Encantada presentan dos tramos litológicos; el primero de ellos es más soluble siendo más fácilmente erosionado. El tramo superior, sin embargo, es más resistente dando lugar a resaltes y morfologías extraplomadas tan características.

Caminando por la Ciudad Encantada se crea la ilusión de hacerlo por una ciudad ciclópea y laberítica, con sus calles y plazas, altos edificios, puentes romanos, puertas góticas, monolitos, bosquecillos e incluso grandes barcos erguidos sobre sus quillas.

A la entrada, y enterrado hasta los hombros, asoma una enorme cabeza de gigante, como permanente centinela.

El itineraro está señalizado y tituladas las formaciones, aunque en realidad el visitante encontrará de inmediato el parecido: los Barcos, el Perro, el Mar de Piedra, el Elefante,… un sinfín de sorpresas que la naturaleza nos regala, que hacen las delicias de los mayores y alimentan los sueños de los pequeños. El entorno de la Ciudad Encantada también nos resulta mágico.

La vegetación, espléndida, formada por pinos negrales, sabinas, enebros, boj, zarzamoras,…

Los rebaños de ovejas pastan por los alrededores rompiendo el silencio con el sonido de sus esquilas, y en el aire siempre flota un perfume de romero, tomillo y mejorana.

La Ciudad Encantada es un paraje natural privado, por lo que el acceso al recorrido, se realiza previo pago de una tarifa de entrada.

Descubre con Google Maps Cómo llegar hasta la Ciudad Encantada desde Tragacete o Cuenca